jueves, agosto 09, 2007

Mientras camino por Sierras y por Mar del Plata vacía

Mientras camino por Sierras y por Mar del Plata vacía pienso cosas, con más o menos sentido, pero todas se llevan bien con la campera abrigada, el ruido del agua y la cámara de fotos. Y algunas las escribo enseguida, si tengo papel (por lo general, reverso de volante o servilleta de bar) y lapicera a mano



El momento en que la foto me sale al paso, me toma por sorpresa y me desafía con ojos de perro guardián. Yo creo ganar el duelo con cada disparo del obturador; pero siempre sé que sólo podré vestirme de triunfo cuando vea esos mismos ojos en el papel frente a mí, aún desafiantes. Me interrogan, me preguntan si eso es lo que vi, si le gané la batalla a la foto o si me contenté con una burda imitación, con un cowboy de feria y balas de goma.



Capturar, certera palabra para describir el momento de tomar la foto. Ir tras una imagen huidiza, una idea que fácilmente se esconde entre frases de autoayuda y manuales de computación. Es esa persecución la que provoca el placer, tan personal y enorme como difícil es su descripción. El momento no es el disparo, para poder gatillar es necesario haber llegado a lo que se busca. La captura habla de eso, del camino que lleva a la presa; y es ahí cuando me doy cuenta de que los roles siempre estuvieron invertidos, que soy el objeto capturado por la foto, y lo que provoca el placer no es más que esa certeza, la tranquilidad de poder entregarse sin vacilaciones a una imagen, a una frase, a una verdad o a un hermoso cuento.

1 comentario:

ionito dijo...

claro, pasa, que el fin del placer es el testimonio.
Hay que ser intelectualmente un poco mas anarquistas. Yo siempr eme propongo eso y aca me tenes.
Algun dia me va a salir.
espero....