domingo, julio 31, 2005

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¿Por qué un domingo así? Que empieza lindo, con salida de fotos familiar, pero ahora ya sin sol y con frío, hipersensibilizada a tal extremo que la discusión que llega desde una de las cabinas telefónicas me pone terriblemente mal y me nubla los ojos. Y el frío nunca me lleva a nada parecido a una enfermedad, que por lo menos me haga quedarme un día en casa, sin trabajo ni corridas contrarreloj. Además el teléfono no suena y la espera de esa llamada me lleva a un estado bastante parecido al que me conduce la discusión en la cabina telefónica.
Hace mucho que venía evitando los domingos como este, que había aprendido a disfrutar del único día sin trabajo; pero aquí estoy, y espero que sea sólo una depresión dominguera, que termine al llegar el lunes.

martes, julio 19, 2005

Poesía espejeril

Soy feliz con mi espejo nuevo. Nuevo a pesar de estar rajado en diversos lugares. Nuevo a pesar de estar algo sucio, y de haberlo encontrado abandonado en una esquina. Redondo, perfecto, tan de estacionamiento que sólo le falta estar colgado junto a un portón. Hermosa chatarra que ya encontrará su lugar en mi hogar. Ya lo tiene en mi corazón.





Algo me dice que mis finales no van a andar muy bien. Quizás sea porque en las últimas 24 horas escribí sólo dos páginas del guión, y un párrafo de cada una de las tres sinopsis, cuando ya debería haber mandado el laburo terminado. También es mala señal que la ventana de word que dice "guión capítulo 1´" esté minimizada hace como dos horas y que ahora esté subiendo al flog un texto dedicado a un espejo.






(¿mi blog y mi flog están en triste decadencia o sólo es idea mía? Bueno, las cuatro horas de sueño por noche tienen otras consecuencias, además de mis p¡ntorescas ojeras permanentes)

Motoquero posmo y vaso partido

Se supone que a esta altura de la noche ya tendría que haber terminado un guión y un par de cosillas más para una entrega de los finales, pero desde el primer momento en el que, quién sabe por qué azaroso juego del destino, escribí "a la mañana siguiente llega a la estación un motoquero posmo al que se le ha averiado la Siambretta" no pude seguir. Quizás la imagen del motoquero con un tatuaje de henna o la hermosa motoneta naranja sobrecargaron mis sentidos y ahora están quemados hasta nuevo aviso. Lo que es seguro es que hace una hora y cuarenta y cinco minutos que debería haber mandado por mail el guión terminado, y acá estoy, en la primera media página de una sinopsis en la que sólo es seguro Richard (el motoquero posmo) y el vaso de vidrio que se estrella contra una pared del antiguo bar de estación de servicio de ruta perdida.






Recomendación del día: Entren al emule, busquen "Yatta" en videos, bájenlo y sean felices con los verdaderos Village People nipones.

domingo, julio 17, 2005

El casamiento de Anita y Mirko

Llego a a las siete de la tarde y lo que veo es un galpón apenas iluminado con un círculo de gente reunida en el centro; semioculta detrás de una cortina se dibuja la torta de casamiento, la misma desde hace más de cien funciones. Lo que escucho es la explicación acerca de las inspecciones y preguntas sobre si será necesario un simulacro; pronto este diálogo es apagado por la llegada de más actores, uno de ellos con facturas.
De un momento a otro el círculo se disuelve y cada vez más actores suben y bajan, corren y cantan, acomodan mesas y ponen manteles. Necesito ocho ojos más, pienso mientras yo también subo y bajo para no perderme nada, pero sé que aún así falta ver todo.
No pasa mucho hasta que consigo empezar a desdoblarme, sólo necesito que mis oídos estén allí donde mis ojos no llegan.

Hago una pausa y pienso que no hay forma de contar absolutamente todo, que todo fue tan simultáneo, porque mientras una mesa desbordaba de maquillajes estridentes y los pinceles pasaban de manos arrugadas a manos infantiles, un hermoso abuelo me llena de datos sobre el grupo, me cuenta de su pasado de cineasta, y con una pocas miradas sé que entiende lo que me pasa, y lo que me va a seguir pasando en cuanto empiece la obra. De ahí en más me repetirá varias veces, al pasar, "es todo imagen, muchas imágenes".


Hace un par de horas que salí de la sala-galpón, y todo sigue igual de desordenado, es un caos de sensaciones, de torta de casamiento y público bailando con los novios y la familia italiana de la obra.



¿Esto se llama bloqueo?



Sí, eso parece. Mejor dejar acá por esta noche, que mañana vuelvo a Barracas, vuelvo al casamiento y al gran camarín compartido por todos los actores; todo se va a multiplicar, y cada vez voy a tener más ganas de rodar el documental ahí, mientras que el miedo y el caos mental se agrandan a la par que mi admiración.
Manos a la obra, que esto es enorme y yo quiero mostrarlo. ¿Cómo? Hermoso desafío por delante.