martes, octubre 18, 2005

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Mierda que duelen los desengaños. Encima viene con el 2x1. "Llévese un par de amigos perdidos y le regalamos un aumentito de inseguridad".
Se suceden las noches tristes, pero al menos tengo siempre la música, cada vez más necesaria. La Chicana todavía puede combatir (un poco) los ojos vidriosos en algún viaje de vuelta a casa en el 24.

Y recién escribí en mi Rivadavia tapa blanda que eso se estaba convirtiendo en un diario, pero que sea de viaje, me suena mejor que "diario íntimo" (que tiene mucho olor a hello Kitty o Snoppy, con hojas perfumadas).

Que sea un diario de viaje entonces, que deja la opción de moverse libremente, salir de algo, entrar en otra cosa, o quedarme en tránsito.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sólo vas a escribir en el Rivadavia ahora? Que lástima. Son muy dolorosos los desengaños, los desengaños malos, claro está. Están los desengaños buenos. Vos creías que fulanito era un cretino y un día te sorprende con un acto nobilisimo . . .No nos engañemos, esto no pasa nunca, pero vale la pena pensarlo así.